martes, 30 de agosto de 2011

Me gusta conducir

Me gusta conducir, vale, eso está claro. Y seamos sinceros, me gusta darle zapatilla, quien no... Pero es necesario aclarar algo: una cosa es quitarle la carbonilla de vez en cuando y otra hacer el imbécil e ir quemado todo el puto día. Lo que yo defino como hacer un tramo no tiene nada que ver con el Campeonato de Montaña ni apurar las curvas como si la vida se me fuese en ello. Si un día al venir del trabajo tengo la vena rácing pues igual me desvío un poco y voy a ese par de curvas que tanto me gustan y le achucho un poco al coche, hago cantar las ruedas en las curvas y quemo gasoil como si tuviese una refinería en casa. Generalmente zonas muy poco pobladas, con poco tráfico y con casi ninguna señalización. Pero siempre con un mínimo de cordura, no quiero reventar el coche, no quiero que me empapelen y menos todavía acabar en la cuneta (o en el barranco, que aquí los hay y muy grandes). Se trata de disfrutar, no de competir.

viernes, 26 de agosto de 2011

Subida a San Lorenzo

De vez en cuando me doy un homenaje, es sano para la mente. Quizá no para la mecánica pero qué se le va a hacer, es lo que hay. Os traigo una tramito que me hice hace unos días, la subida al barrio de San Lorenzo. No hay cruces, no hay coches y no hay gente. Hay muchas curvas y un desnivel importante. Os pongo en situación:



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martes, 23 de agosto de 2011

Problema con los neumáticos

Tengo un problema con los neumáticos. Bueno, a decir verdad, los neumáticos son las consecuencias de otros problemas. Pero el caso es que una vez solucionados dichos problemas ahora toca corregir las consecuencias. Si es que las desgracias nunca vienen solas.


lunes, 22 de agosto de 2011

Mi coche se hace viejo

Este fin de semana fue importante, descubrí que mi coche se hacía viejo: encontré la primera muestra de óxido en la aleta derecha a la altura de la talonera, justo delante de la puerta. De momento no ha roto la pintura pero los bultos creados por la oxidación bajo la pintura son evidentes. No es que lo vaya a cambiar sólo por eso, ni siquiera creo que lo arregle, no es grave. Pero sin duda es un síntoma de que los dieciséis años que tiene no pasan en balde.